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Las molestias y riesgos que ocasionan los puestos que ocupan gran parte de las veredas en las zonas de máxima circulación peatonal NO DEBEN CONTINUAR.
En Retiro no hay día en que un transeúnte no resulte atropellado; en Once a los puestos se suman los comercios que avanzan sobre las veredas y, además, las colas en las paradas de los colectivos. Quien quiere caminar, debe hacerlo forzosamente por la calzada.
Si algo tan obvio, tan elemental, y en lo cual pienso que coincidimos la mayoría (restando a los apropiadores del espacio público) no lo podemos resolver los porteños (el gobierno Y LOS CIUDADANOS), ¿cómo vamos a actuar sobre problemas menos visibles y que involucran a intereses más poderosos?
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