El peronismo no puede con su genio, y muestra la hilacha aun en circunstancias en que lo indicado sería conducirse con altura.
Ayer a la tarde, sobre el cierre del acto electoral, el canal de noticias CN23, del empresario oficialista Sergio Szpolski, puso brevemente en pantalla un zócalo que resumía el resultado del comicio y concluía con la frase “LA TIENEN ADENTRO”, en caracteres destacados.
Como sabemos, la expresión fue incorporada a la “cultura popular” por quien ahora se arrastra en Dubai, en ocasión de la clasificación del seleccionado de la AFA para el mundial de Sudáfrica. Tiene, por lo tanto, el sello de su autor: primitivismo, intolerancia, agresividad, necedad y barbarie.
Obviamente, los atributos ideales para que los de su mismo palo político la porten con jactancia. Pero, ¿qué están diciendo los que la usan? ¿Cuál es el sustrato ideológico que la ampara?
Veamos: “tenerla adentro” (siempre en el marco de referencia sexual, que es donde opera) no es nada malo, ¡todo lo contrario!, si uno o una es gustoso o gustosa. Y si no es del gusto de uno, entonces se trata de una violación.
Por ende, los que la usan como sinónimo de derrota y sinsabor del rival —por ejemplo, el arrastrado y los triunfantes ayer— se visualizan a sí mismos como violadores.
Y por ahí anda la cosa.
La misma onda sintonizó el secretario de Comercio en los festejos de Plaza de Mayo, dirigiendo los cánticos de sus seguidores: "Siga, siga, siga el baile, al compás del tamboril, que esta noche nos cogemos, a los putos de Clarín". Y también "Olé olé, olé olá, Magnetto puto, vas a chupar, esta poronga nacional y popular". Mientras tanto la gente lo saludaba y se sacaba fotos con él. La gente que fue a festejar a la Plaza, se entiende.
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